Uno de nuestros autores preferidos es Gustavo Adolfo Bécquer. Seguimos escuchando algunas rimas en las voces de nuestros compañeros:
DIEGO NÚÑEZ
Tú eras el huracán y yo la alta
torre que desafía su poder,
¡tenías que estrellarte o que abatirme!...
¡No pudo ser!
Tú eras el Océano y yo la enhiesta
roca que firme aguarda su vaivén:
¡tenías que romperte o que arrancarme!...
¡No pudo ser!
Hermosa tú, yo altivo; acostumbrados
uno a arrollar, el otro a no ceder;
la senda estrecha, inevitable el choque...
¡No pudo ser!
MERCHE Y CLAUDIA se atreven con la famosa rima "Volverán las oscuras golondrinas..."
Volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, y, otra vez, con el ala a sus cristales jugando llamarán; pero aquéllas que el vuelo refrenaban tu hermosura y mi dicha al contemplar, aquéllas que aprendieron nuestros nombres... ésas... ¡no volverán! Volverán las tupidas madreselvas de tu jardín las tapias a escalar, y otra vez a la tarde, aun más hermosas, sus flores se abrirán; pero aquéllas, cuajadas de rocío, cuyas gotas mirábamos temblar y caer, como lágrimas del día... ésas... ¡no volverán! Volverán del amor en tus oídos las palabras ardientes a sonar; tu corazón, de su profundo sueño tal vez despertará; pero mudo y absorto y de rodillas, como se adora a Dios ante su altar, como yo te he querido..., desengáñate: ¡así no te querrán!
NATALIA nos recitará
Sobre la falda tenía
el libro abierto;
en mi mejilla tocaban
sus rizos negros.
No veíamos las letras
ninguno creo;
mas guardábamos ambos
hondo silencio.
¿Cuánto duró? Ni aun entonces
pude saberlo.
Sólo sé que no se oía
más que el aliento,
que apresurado escapaba
del labio seco.
Sólo sé que nos volvimos
los dos a un tiempo,
y nuestros ojos se hallaron
el libro abierto;
en mi mejilla tocaban
sus rizos negros.
No veíamos las letras
ninguno creo;
mas guardábamos ambos
hondo silencio.
¿Cuánto duró? Ni aun entonces
pude saberlo.
Sólo sé que no se oía
más que el aliento,
que apresurado escapaba
del labio seco.
Sólo sé que nos volvimos
los dos a un tiempo,
y nuestros ojos se hallaron
y sonó un besó.
Creación de Dante era el libro,
era su Infierno.
Cuando a él bajamos los ojos,
yo dije trémulo:
-¿Comprendes ya que un poema
cabe en un verso?
-Y ella respondió encendida:
- Ya lo comprendo.
MARTA nos recita un poema "conmovedor", EL VIAJE DEFINITIVO, de Juan Ramón Jiménez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.