sábado, 6 de diciembre de 2014

POESIA ENCANTADA

POESÍA ENCANTADA es un libro de poemas del José González Torices.


 NATALIA nos recita  LÁGRIMAS DE VIENTO











El viento, lloraba el viento
en el rosal de mi cara.
-Por qué lloras, viento mío,
si la nieve sigue blanca
y los gorriones de menta
se visten de luna maga.
El viento sigue llorando 
entre juntos y espadañas.
-Por qué lloras, viento mío,
si el pez juega con las águilas
y el cordero con el lobo
beben de las mismas aguas?
El viento sigue llorando
por las calles y las plazas.
-¿Por qué lloras, viento mío?
que lo diga tu palabra.
-Lloro porque llora un niño 
en los campos de batalla.

Un beso le doy al viento para el niño de las lágrimas.


ALEXANDRA nos recita un poema sobre la GUERRA







La trajo el aire a su casa
con la rama de un olivo.
La niña estaba en el patio
sembrando rosas y mirtos.
El aire la trajo, el aire,
con el corazón herido.
Era una paloma blanca
recién salida del trigo;
venía de alguna guerra
donde lloraban los niños.
¡Los niños y la paloma!
- Mi general, ¿lo has oído?


INÉS nos recita un poema sobre los INMIGRANTES. 







Eran niños blancos,
eran niños negros;
les trajo del mar
un barco de viento.

Y todos venían
del sur del desierto.
Traían el hambre
en todos sus sueños.

Yo estaba en la playa
con un pan de besos.

Eran niños blancos,
eran niños negros;
les trajo la mar
al corazón nuestro



IRENE nos recita estupendamente otro poema de este autor LEVANTARON LA MURALLA







Levantaron la muralla
para enjaular las sonrisas.
¡Enjaularon corazones
de aquellos niños y niñas!

¡Cómo lloraba la tarde
sobre los campos de minas!
¡Cómo lloraban los trigos
en los ojos de sus vidas!

Levantaron la muralla
cerca de la flor más limpia.

¡Soldados de truno y sombra
las primaveras rompían!

Las manos pedían besos.
Buscan los besos mejillas.
La guerra enjaulaba cantos
de aquellos niños y niñas.

¡La paloma del olivo
por la noche anda perdida!
¡Cómo rezaba la nieve
esperando el nuevo día!


DANIELA nos recita ERA UN NIÑO MARINERO









Era un niño marinero
que se fue a pescar al mar.
Era su barca la luna,
eran sus remos la sal;
eran sus velas las alas
de la gaviota al pasar.

¿Qué vas a pescar, mi niño?
¿Con qué los vas a pescar?
Voy a pescar besos claros
que los peces me darán.
Voy a pescarlos con rosas,
con rosas de mi rosal.

Llenó de besos la barca,
llenó de besos la mar.
Y los peces de las olas
le salían a cantar.

Marinero, marinero,
llévame contigo al mar.

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