lunes, 21 de noviembre de 2022

Y SEGUIMOS CON MIGUEL HERNÁNDEZ, PERO AHORA RECITAREMOS EN GRUPO

EL NIÑO YUNTERO, DE MIGUEL HERNÁNDEZ 

VER VÍDEO PRIMERO

Carne de yugo, ha nacido

más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.

Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.

Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.

Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.

Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.

Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.

Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.

A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.

Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.

Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.

Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
revuelve mi alma de encina.

Lo veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
y declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.

Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.

¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?


Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.

martes, 18 de octubre de 2022

MAS POEMAS DE MIGUEL HERNÁNDEZ

TRISTES GUERRAS

Tristes guerras 

si no es amor la empresa. (1)

Tristes. Tristes. 

Tristes armas 

si no son las palabras.

 Tristes. Tristes. 

Tristes hombres 

si no mueren de amores. 

Tristes. Tristes.

´

Escucha cómo lo recita Jesús, un antiguo alumno




LLEGÓ CON TRES HERIDAS

Llegó con tres heridas:
la del amor, la de la muerte, la de la vida.

Con tres heridas viene:
la de la vida, la del amor, la de la muerte. 

Con tres heridas yo:
la de la vida, la de la muerte, la del amor.






POR UNA SENDA VAN LOS HORTELANOS

Por una senda van los hortelanos,
que es la sagrada hora del regreso,
con la sangre injuriada por el peso   (1)
de inviernos, primaveras y veranos.

Vienen de los esfuerzos sobrehumanos
y van a la canción, y van al beso,
y van dejando por el aire impreso
un olor de herramientas y de manos.

Por otra senda yo, por otra senda
que no conduce al beso aunque es la hora,
sino que merodea sin destino.  (2)

Bajo su frente trágica y tremenda,
un toro solo en la ribera llora
olvidando que es toro y masculino.